Una crónica es una narración
histórica que presenta los eventos tal como fueron sucediendo, respetando el
orden en el tiempo.
Puede referirse a eventos
históricos de una localidad, país, persona o grupo de personas; este tipo de
obra literaria es realizada por alguien que vio o vivió los eventos que
describe; utilizando un lenguaje sencillo y claro con la finalidad de presentar
la historia de una manera objetiva.
La crónica es también un recurso
utilizado en el periodismo para narrar acontecimientos importantes del momento.
Uno de los diferentes tipos de
crónica es la corta, la cual es la más utilizada en noticieros o narraciones
breves de algún evento en particular, que puede ser algún hecho deportivo,
social, cultural o de cualquier tema que sea relevante en ese momento.
3 ejemplos de crónica corta:
Crónica corta: Un nuevo
continente
El 11 de octubre de 1492, después
de la puesta del sol la carabela llamada
La Pinta iba avanzando unas 12 millas cada hora.
A las 10 de la noche del 11 de
octubre el Almirante ya había visto en el horizonte algo que parecía fuego,
pero era tan poca la visibilidad que apenas y se podía distinguir. Llamaron a
Pedro Gutiérrez, de profesión repostero, para que diera su punto de vista sobre
ésto, a lo que dijo que efectivamente parecía luz de una fogata.
En ese momento el Almirante
Cristóbal Colón ordenó que se montara guardia ininterrumpida y durante el
tiempo que fuese necesario hasta que se divisara tierra, prometiendo a quien
fuera el primero en verla que le daría un jubón de seda, aparte de los otros
regalos que los reyes habían prometido.
A las dos de la mañana del 12 de
octubre la Pinta divisó tierra e informó de inmediato al Almirante; fue el
marinero Rodrigo de Triana quien dio el tan esperado grito de ¡Tierra! ¡Tierra
a la vista!, la cual estaba a escasas dos leguas de distancia.
En ese momento amainaron las
velas e iniciaron el desembarco. Era viernes cuando desembarcaron en la isla
que en el idioma de los nativos se llamaba Guanahani.
Crónica corta: La ida al hospital
Eran las seis de la tarde cuando
mi madre me llamó al celular, es entonces que me entero que un tío tuvo una
descompensación por diabetes, en realidad nunca habíamos tenido ese problema y
no sabían que hacer.
El problema es que él vive
alejado de centros de salud, aunque vive en la ciudad.
Lo primero que hice fue sacar lo
más que pude de dinero de un cajero automático y le pedí a algunos familiares
dinero prestado y preparé todo para llevarlo al primer hospital y el más
cercano era un hospital privado.
Llamé a un taxista y estuvo presto
para ayudarnos, pero el taxista no conocía la ciudad y tuve que indicarle hacia
donde debíamos ir.
Finalmente llegamos al “Hospital
Asunción” y lo atendieron bien, pero la
sorpresa fue que cobraban $15,000.00 para ingresarlo, y generalmente cobraban $1,700.00,
era mucho para sostenerlo.
Finalmente ya estabilizado me
cobraron solo 5,000.00 y lo llevamos a otro centro de salud más económico que
nos permitió salir mejor del problema.
Tras tres días lo tenemos
nuevamente en casa.
Autor: Víctor Humberto Clemenceau
Crónica corta: Mi smoking nuevo
Hola soy Juan José y en febrero
tendré mi graduación, y para eso iremos vestidos todos de gala. Mis padres
decidieron que comprara un traje de gala, y fuimos a comprarlo a una de las
boutiques más afamadas de la ciudad.
Primero me atendieron unas
jóvenes muy agradables que están en la recepción, mis padres me acompañaron y
me decían que tipos de trajes son, así que mi papá le dijo a una de las jóvenes
que queríamos un traje de gala, es para una graduación.
Mostraron muchos trajes, y nos
dijeron que existían diferentes tipos de tela, finalmente me escogieron un
smoking, este era negro, aunque había de color blanco.
Mi papá me dijo que me sentaba
mejor el color blanco, pero por ser formal debería usar el negro.
Casualmente ahí estaba mi amigo
Antonio, que fue por su traje, él escogió un traje en color blanco, así que
decidí comprar uno negro.
La situación no terminó ahí, pues
un señor y las muchachas estuvieron midiendo mi cuerpo, pues el smoking se
ajustaría a mi tamaño, me mostraron algunos zapatos y los aditamentos
necesarios.
Tres días después fui a que me
midieran los ajustes y hoy después de 15 días lo tengo por fin en casa, una
semana antes del evento.
Autor: Víctor Humberto Clemenceau
La crónica literaria es una obra que se escribe narrando
hechos o situaciones que pueden ser reales o imaginarias pero con la
característica de ser expuestos en un estricto orden cronológico.
El autor de la crónica literaria puede poner diferentes
escenas que se llevan a cabo al mismo tiempo, ubicando al lector en diferentes
lugares de la historia narrada pero con la sensación de que todo eso sucede al
unísono.
La crónica literaria utiliza un lenguaje común, nada
rebuscado pero con la característica de ser muy descriptivo tanto en los
lugares como en las personas, de tal forma que el lector pueda imaginarse las
escenas descritas con un gran apego a la realidad que el autor quiere
presentar.
Ejemplo de crónica literaria:
Era el viernes 14 de junio del 2013, Pedro se levantó como
todos los días a las 5:30 de la mañana y se preparaba para ir a trabajar.
Siguió su rutina de costumbre, bañarse, lavarse los dientes,
vestirse y salir en su auto rumbo al trabajo, que por cuestiones del tráfico
hacía más de dos horas para llegar, así que saliendo a las 6:30 apenas y llegaba
a buena hora.
Lucia, una joven estudiante de comunicaciones se levantó a
las 6:30 de la mañana para ir a la escuela, ese día tenía un examen final por
lo que estaba algo preocupada, a pesar de haberse preparado para presentarlo
sin problemas, sabía que su profesor era muy exigente y eso la ponía nerviosa.
Esa fue una mañana lluviosa lo que hacía el tráfico más
intenso y los encharcamientos más abundantes; eran alrededor de las 7:50, Lucía
estaba esperando el camión cuando Pedro, apurado por el retraso que llevaba,
pasó por un encharcamiento mojando a Lucía de pies a cabeza. Cuando Pedro se
dio cuenta del accidente que había causado se detuvo y fue de inmediato a ver
si ella estaba bien, sin saber que en pocos segundos conocería a quien sería su
compañera por el resto de su vida.
“La última noche del Titanic”, una crónica literaria del hundimiento
El 15 de
Abril de 1912 ocurrió la mayor tragedia naval de la historia. El Titanic,
considerado el barco más grande y lujoso del mundo, surcaba el océano en su
viaje inaugural con rumbo a Nueva York cuando chocó con un iceberg y acabó
hundiéndose unas horas después, llevándose consigo miles de vidas.
La editorial
Debolsillo recupera el minucioso trabajo del historiador estadounidense Walter
Lord (1917-2002) para honrar el centenario de la tragedia. La última noche del
Titanic es un texto que Lord publicó en 1955 y en el que éste reconstruyó los
hechos tal y como ocurrieron esa noche, mediante investigaciones, declaraciones
de supervivientes y anécdotas de los pasajeros. A través de su lectura se podrá
entender la tragedia tal y como la vivieron los pasajeros del barco: la
confusión inicial, las prisas, la falta de previsión y de organización…
Eran las
23.40 del 14 de Abril de 1912 cuando el vigía del Titanic divisó un iceberg y
avisó del peligro. El barco viró en el último momento, pero no pudo evitar que
el monumental témpano de hielo rasgara el casco de la embarcación, lo que
provocaría que los primeros cinco compartimentos se inundaran inmediatamente.
Pasada la
confusión inicial, se empezaron a hacer cálculos. “El Titanic podía mantenerse
a flote con dos de los 16 departamentos inundados, podía mantenerse a flote con
tres de los cinco primeros departamentos inundados, pero era imposible que se
mantuviera a flote con los cinco primeros compartimentos inundados”, afirmó
Lord en su obra.
Pese a lo
catastrofistas que eran las predicciones, tanto la tripulación como los
pasajeros mantenían la calma, ya que el Titanic estaba considerado por todos
como insumergible.
Sin embargo,
enseguida se empezaron a preparar los botes. Sumando todas las plazas, los
salva vidas contaban con capacidad para albergar a 1.178 personas, pero esa
noche viajaban a bordo del Titanic 2.207 almas.
A 18
kilómetros de distancia se hallaba el navío Californian, cuya central
telegráfica cerró a las 23.30. Por lo tanto, la tripulación de este barco no se
enteró de la colisión del Titanic hasta la mañana siguiente, pese a que éste
estuvo lanzando cohetes hasta poco tiempo antes de su hundimiento. El Titanic
mandó esa noche el primer SOS de la historia.
A las 00.45
del 15 de abril se arrió el bote número 7, el primer bote en bajar al agua. El
bote número 1, con capacidad para cuarenta personas, descendió con apenas doce
pasajeros a bordo.
Mientras
tanto, los pasajeros de tercera clase se encontraban desorientados. A las 00.30
recibieron la orden de subir a mujeres y niños a la cubierta, para lo cual se
efectuaron dos viajes. Pero a la 1.20 ya no hubo tiempo para buscar a más
personas. A las 2.05 el bote plegable D, el último de todos, bajó al mar. Las personas
que se quedaron en el barco tuvieron que arreglárselas como pudieron para
salvarse.
A las 2.20 de
la madrugada el Titanic se hundía para siempre.
Las listas de
bajas contabilizan cuatro víctimas femeninas de las 143 mujeres que viajaban en
primera clase -tres de ellas por propia elección-, quince de las 93 con pasaje
de segunda y 81 de las 179 pasajeras de tercera clase. En cuanto a los niños,
sólo uno de los de primera y segunda clase murió en la tragedia; muy al
contrario, el agua se tragó a 53 de los 76 infantes que viajaban en tercera.
El bote
número 14 se acercó a los restos del hundimiento una hora después, y sólo pudo
recoger a cuatro personas. El bote número 5, con capacidad para 65 personas y
cargado sólo con cuarenta, se mantuvo a 300 metros de los nadadores a los que
oían gritar. El bote número 6, con capacidad para 65 personas y con 28 a bordo,
tampoco se acercó al lugar del desastre. El bote número 1, con doce personas de
las cuarenta que podía alojar, se alejó sin rumbo esa noche. De las 1.600
personas que se hundieron con el Titanic, sólo trece fueron recogidas por los
botes.
El navío
Carpathia llegó con los primeros rayos de luz y, a las 8.30 horas, todos los
pasajeros de los botes habían ya subido a bordo del barco. Se planteó que los
supervivientes fueran trasladados al Olympic, pero la idea fue descartada casi
de inmediato por su espectacular parecido con el Titanic, al que se consideraba
como su barco gemelo.