El aparato formal de la Enunciación Texto ver en :
https://drive.google.com/file/d/0B8KHKkAtqml2SXQtbHVfZlRhS0k/view?usp=sharing
Conocer los discursos y los formatos
textuales nos hará más eficientes a la hora de escuchar y hablar, leer y
escribir dichos discursos.
Las
CIENCIAS DEL LENGUAJE han ido
elaborando distintos marcos teóricos que nos ayudan a entender y sistematizar
los hechos del lenguaje.
Según el lingüista francés Émile Benveniste,
el HABLA es la puesta en marcha del código, plantea que el Aparato formal de la
enunciación está compuesto por un Enunciado, un Locutor y un Alocutario.
Teoría de la Enunciación. Conceptos
Discurso: como la lengua puesta en
acción entre partes, la lengua asumida por el hombre que habla y en condiciones
de intersubjetividad.
Enunciación: como el decir y al
Enunciado como lo dicho:
·
Acto mismo de producción de un Enunciado y no
el texto del mismo.
·
Acto individual de utilización de la Lengua.
·
Acto por el cual un sujeto se apropia de la
Lengua para convertirla en discurso.
·
Es un acontecimiento histórico: algo que no
existía antes de que se hablara / escribiera y ahora adquiere existencia.
·
Es su existencia misma la que hace posible
todo discurso
·
Es contemporánea del Enunciado.
El Enunciado es:
·
Es una manifestación u ocurrencia particular
de entidades lingüísticas.
·
Una serie efectivamente realizada.
·
Una totalidad cuyo valor semántico reside en
el sentido. "nunca conocemos más que enunciaciones enunciadas" afirma
Todorov.
Es el resultado de la Enunciación.
Deixis: El proceso de Enunciación
puede ser estudiado desde diferentes puntos de vista:
a) desde el acto material mismo:
cadena fónica o gráfica que concierne a la producción del significante; la
producción efectivamente empírica del enunciado, siempre diferente;
b) el mecanismo de esta producción: la
Enunciación supone la conversión individual de la Lengua en discurso; cada
sujeto utiliza la misma lengua en forma individual, particular y distinta;
c) instrumentos de realización: el
Locutor se apropia del aparato formal de la lengua, la toma como instrumento y
enuncia su posición mediante indicios específicos y procedimientos accesorios.
Estos indicios específicos son el juego de formas específicas cuya función es
poner al
Locutor en relación constante y necesaria con su enunciación:
es la
deixis (sistema de referencias internas al discurso cuya clave es el yo).
Los
deícticos son signos indiciales, aunque también se les llama embragues o
shifters.
El carácter sistemático de la Lengua hace que
la apropiación que señalamos realizan estos indicadores, se propague en la
instancia del discurso a todos los elementos susceptibles de
"acordarse" formalmente con ellos.
Es fundamental que distingan entre:
1) entidades que tienen en la Lengua
un estatuto pleno y permanente (lengua como sistema de signos) y;
2) entidades emanadas de la
Enunciación y que sólo existen en la red de "individuos" que la
Enunciación crea y en relación al aquí y al ahora del Locutor (lenguaje asumido
como ejercicio por el individuo).
Los Pronombres personales y posesivos, las
desinencias verbales, los adverbios de tiempo y de lugar, los pronombres
demostrativos son una clase de individuos lingüísticos que remiten siempre a
individuos, son producidos por el acontecimiento singular de la Enunciación y
son engendrados cada vez que ésta es producida y cada vez designan de nuevo.
Lo
entenderemos enseguida.
La presencia del Locutor en su
enunciación hace que cada instancia del discurso constituya un centro de
referencias internas. Los Interlocutores son designados con índices de persona:
pronombres personales y posesivos y escapan al estatuto de todos los demás
signos del lenguaje.
El YO denota al individuo que
pronuncia la enunciación;
el TÚ denota al individuo que está presente como
Alocutatio. Tanto el Yo como el Tú son signos vacíos, no referenciales por
relación a la realidad y que se vuelven llenos cuando un Locutor los asume en
cada instancia de discurso.
El YO es una realidad de discurso: no remite a un
concepto ni a un individuo, no puede ser definido más que en términos de
locución; no puede ser identificado más que por la instancia del discurso que
lo contenga y sólo por ella y no tiene otra referencia que la actual y
momentánea. Es una instancia única por definición, válida sólo en su unicidad.
No hay un concepto YO que englobe todos lo YO que se enuncian en todo instante
en boca de todos los locutores. Cada vez que alguien dice YO, éste se llena de
un significado diferente. Existe una definición simétrica para TU: es el
individuo al que se dirige la alocución en la presente instancia del discurso
que contiene la instancia lingüística TU.
Lo que caracteriza a la Enunciación es
la acentuación de la relación discursiva al interlocutor (real / imaginado,
individual / colectivo): se trata del cuadro figurativo de la Enunciación que
asume la estructura del diálogo. No hay un Yo si no existe un Tú, ambos se
constituyen mutuamente. Por ejemplo en el caso de monólogo, podemos decir que
no existe; no es más que un diálogo interiorizado, un lenguaje interior entre
un Yo que habla y un YO que escucha. La referencia constante y necesaria a la
instancia del discurso constituye el rasgo que une el YO / / TÚ a una serie de
indicadores participantes: adverbios, locuciones adverbiales.
Son lo que
Benveniste denomina índices de ostensión que delimitan la instancia temporal y
espacial coextensiva y contemporánea de la presente instancia del discurso que
contiene YO. Son términos que implican un gesto que designa el objeto al mismo
tiempo que es pronunciado. Son también signos vacíos desprovistos de referencia
material. Los adverbios de tiempo hoy, ayer, mañana, ahora, o dentro de tres
días.
La temporalidad es producida por la
Enunciación; de ella procede la instauración de la categoría de presente.
El
tiempo presente es el tiempo en que se está, pero sólo se indica por el tiempo
en que se habla. El presente es la fuente del tiempo, es eje axial de la
Enunciación. El hombre no dispone de ningún otro medio de vivir el
"ahora" más que realizarlo por inserción del discurso en el mundo. El
tiempo lingüístico es sui referencial.
El presente es inherente a la
Enunciación. Los adverbios de lugar: aquí, allí, acá, allá; los pronombre
demostrativos éste, ése y aquel y el sistema de coordenadas espaciales: detrás
/ delante, visible / invisible, izquierda / derecha, arriba / abajo: ordenan el
espacio a partir de de un eje central y permiten ubicar el lugar del sujeto de
enunciación.
Subjetividad en el lenguaje
Es en y por el lenguaje como el hombre
se constituye como sujeto, porque el lenguaje funda el concepto de ego La
subjetividad consiste en la capacidad del Locutor de plantearse como sujeto. Es
"ego" quien dice ego.
Para Benveniste no somos sujetos (en
el sentido de conciencia, yo o espíritu) que hablamos sino que somos sujetos
porque hablamos. El sujeto se define no por el sentimiento que cada uno
experimenta de ser él mismo, sino como la unidad psíquica que trasciende la
totalidad de las experiencias vividas que reúne, y que asegura la permanencia
de la conciencia.
Encontramos aquí el fundamento de la
subjetividad que se determina por el estatus lingüístico de la "persona”.
Es la condición de diálogo ya mencionada la que es constitutiva de la persona,
pues implica en reciprocidad que me torne Tú en la alocución frente a Yo.
Polaridad de las personas que es la condición fundamental del lenguaje, y que
no significa igualdad ni simetría: ego siempre tiene una posición de
trascendencia frente a Tú, pero ninguno de los dos términos es concebible sin
el otro. Son complementarios y reversibles. Realidad dialéctica que engloba los
dos términos y los define por relación mutua: allí se descubre el fundamento
lingüístico de la subjetividad. Siguiendo el texto, podemos proporcionar un
ejemplo: en ninguna Lengua faltan los pronombres personales. No se concibe una
Lengua sin expresión de la persona.
Puede ser que se omitan deliberadamente,
como ocurre en las sociedades del Extremo Oriente donde una convención de
cortesía impone perífrasis para reemplazar referencias personales directas.
Pero estos usos sólo subrayan el valor de las formas evitadas.
El ejercicio de la subjetividad está
en el ejercicio de la lengua. No hay otro testimonio de la identidad del sujeto
que el que así da él mismo de sí mismo.
Los pronombres personales son el primer
punto de apoyo para que la subjetividad salga a la luz.
El él: es la tercera persona , forma que no
remite a "persona", por estar referida a un objeto situado fuera de
la alocución Yo / Tú.. Existe sólo por la oposición a la persona Yo del
Locutor, quien, enunciándola, la sitúa como la "no persona". Tal es
su estatuto.
Es el miembro no marcado de la correlación de persona.; no es
jamás reflexiva a la instancia del discurso y no es compatible con el paradigma
de los términos referenciales: aquí y ahora. Necesita recibir un contenido
referencial preciso; necesita determinaciones cotextuales de las cuales puede
prescindir el Yo / Tú.
Como ya dijimos anteriormente
el Yo es
un pronombre que denota virtualmente a todos los individuos, pero su referente
cambia en cada una de las instancias enunciativas. En eso se diferencia del
nombre propio que denota en la Lengua y en discurso a un solo y mismo
individuo.
También podemos encontrar en el lugar
de la Enunciación a la primera persona plural: nosotros, que incluye al Yo +
noYo.
Se puede tratar de un nosotros inclusivo: Yo + Tú , o de un nosotros
exclusivo: Yo + él.
También puede existir un Yo+ Tú + él. La referencia está
determinada por el contexto. Podemos encontrar un Yo mayestático: de
"modestia", el que emplea el sujeto de enunciación en algunas
conferencias: "Nosotros pensamos....", aunque el que está hablando
sea uno solo.
Modalidades de la Enunciación:
Las Modalidades constituyen la marca dada por
el sujeto a su enunciado. Encontramos dos clases de Modalidades:
de la Enunciación y del Enunciado.
1) de la Enunciación: son las que
especifican el tipo de comunicación entre hablante y oyente. Señalan la
relación que el sujeto mantiene con su interlocutor.
Estas modalidades contribuyen a
construir una teoría de las relaciones inter-humanas, porque muchas se basan en
un tipo particular de relación social. Podemos preguntarnos quién en la escala
jerárquica tiene derecho a ordenar o a interrogar a otro.
Están constituidas por oraciones:
a) Asertivas (declarativas) positivas
o negativas: apuntan a comunicar una certidumbre.
b) Interrogativas
c) Exclamativas
d) Intimativas: expresan órdenes o
prohibiciones (uso de imperativo o infinitivo).
e) Desiderativas: expresan deseo,
ojalá....
2) del Enunciado: caracterizan la
manera en que el hablante sitúa al Enunciado; su actitud con respecto a lo que
enuncia. Todo aquello que en un texto indique el tipo de comunicación con
respecto a la relación entre Enunciador y su Enunciado.
Podemos distinguir dos
clases:
a) modalidades lógicas: expresan
verdad, falsedad, probabilidad, certidumbre, verosimilitud, obligación,
necesidad. Ejemplos. Es cierto que, es seguro que, quizás, es posible, es
probable, es necesario que, es preciso que, se sabe, se dice,....
b) modalidades apreciativas: expresan
una valoración, una reacción emocional: lo feliz, lo útil, lo triste, etc.
También los adverbios terminados en "mente": felizmente, seguramente.
Ejemplo: me di un buen baño; ese buen baño es absolutamente subjetivo, para
unos puede ser caliente, para otros frío, largo, corto, de inmersión o de
ducha. El calificativo "buen" tiene vigencia para el sujeto de la
enunciación y es una modalidad apreciativa.
La Enunciación y los verbos
Aparte de los verbos que describen una
acción (yo como, él come) podemos mencionarles:
1) Verbos de actitud: relacionado con
las modalidades lógicas: Ej: creo que, deduzco que.
2) Verbos de modalidad apreciativa:
expresan valoración hecha por el emisor, por ej. dejáte de rebuznar, entró
ladrando.
3) Verbos performativos: Son verbos de
palabra que denotan por su sentido un acto individual de alcance social. La
Enunciación se identifica con el acto mismo.
Esto no es dado por el sentido del
verbo sino por la subjetividad que la hace posible. Si yo digo: él jura: se
trata de una descripción de una acción, un acto constatativo, en cambio si
digo: yo juro: al decir "yo" me fundo, me planto como sujeto y al
decir "juro" asumo el acto de jurar; se trata de acto que me
compromete socialmente. Al mismo tiempo que lo digo asumo el compromiso, son
actos simultáneos. La consecuencia social, personal y jurídica de mi acto
arranca de la instancia del discurso que contiene la acción. Se dan siempre en
1era persona y en el presente generalmente. Podemos mencionar otros verbos
performativos aparte de jurar: comprometerse a (conseguir), obligarse,
advertir, prometer, agradecer, garantizar, declarar, certificar, proferir,
maldecir, solidarizarse.
4) Verbos de movimiento: poseen una
localización espacial asimilable a los deícticos; señalan el lugar de la
enunciación y los movimientos de aproximación o alejamiento de la esfera del
hablante.
Ejemplos. Verbo "venir": Juan viene a mi casa (señala el
lugar de enunciación, andar o moverse hacia el lugar donde está el que habla)
Verbo: "ir" : Yo voy a tu casa , Juan va a Buenos Aires o viene de
Buenos Aires; verbos traer o llevar, funcionan de la misma manera, indican el
transporte hacia o desde el sitio en el cual está el que habla.
5) Verbos de decir: a) verbos en los
el Emisor no prejuzga: Ej. decir, afirmar; verbos en los que el Emisor toma
posición: Ej. pretender, confesar, reconocer. Juan pretendió que Pedro tiene
razón; d) verbos de juzgar: criticar, acusar, Ej: Juan critica a Pedro por lo
que hizo (admite que Pedro es responsable por haberlo hecho) .
Historia y Discurso: Podemos mencionarles dos sistemas de
Enunciación:
Historia: en este sistema se presentan una serie de acontecimientos
reales o ficticios por medio del lenguaje, sobre todo escrito. Se da un empleo
exclusivo de la 3era persona y los tiempos verbales empleados son el
imperfecto, el indefinido y el pluscuamperfecto. Se caracteriza por la
objetividad, parecería que nadie habla, que los acontecimientos se narran a sí
mismos, no hay deícticos. Nadie habla. No tenemos que preguntarnos quién habla,
qué, cuándo, para percibir su significación
Discurso: en este sistema la lengua es asumida por el hombre que habla,
es el lugar de construcción de un sujeto. Se enuncia en 1era persona y por lo
tanto, del otro lado se construye el tú. Se emplean deícticos: indicadores
pronominales, demostrativos y adverbios. Los tiempos verbales empleados son el
presente, el pretérito perfecto y el futuro. Se caracteriza por la
subjetividad, el uso de Yo y el tiempo presente. Por contraposición al sistema
anterior siempre existe alguien que habla y su situación en el acto mismo de
hablar es el foco de significaciones más importante.
No se encuentran en estado puro en
ningún texto y podemos encontrar continuas conversiones de un sistema a otro.
Por ejemplo en un relato tipo historia puede haber intervenciones discursivas
dentro de él; en una narración en 1era persona puede momentáneamente incluir un
relato tipo historia (descripción, narración) en la que el sujeto de
enunciación desaparece.
La Enunciación y el Tiempo
Ahora sí podemos distinguir 3 clases
diferentes de tiempo:
Físico: es un continuo uniforme,
infinito, lineal, segmentable a voluntad. Tiene una duración variable que el
hombre mide por su vida interior o por sus emociones.
Crónico: es el tiempo de los
acontecimientos que engloba nuestra vida como sucesión de aconteceres. Es la
continuidad donde se disponen en serie los acontecimientos; éstos están en el
tiempo. Es bidireccional: se puede recorrerlo en dos direcciones: desde pasado
hacia el presente y viceversa. Es el tiempo del calendario, tiempo socializado:
día / noche, trayecto visible del sol, fases de la luna, movimiento de las
mareas, estaciones, etc. En este tiempo se dan tres condiciones:
a) estativa: se mide a partir de un
momento axial: nacimiento de Cristo, el advenimiento de un soberano.
b) directiva: se enuncia mediante
términos opuestos: antes / después del eje de referencia.
c) mensurativa: mide los intervalos de
tiempo, son unidades de medida: día, mes, año, hora, minuto. Estos puntos de
referencia dan la posición de los acontecimientos y definen nuestra situación
con respecto a dichos acontecimientos. Nos dicen dónde estamos, cuál es nuestro
lugar. Las categorías de tiempo están vacías de temporalidad, se asimilan a los
números. El calendario es exterior al tiempo, nada dice del tiempo sino por
aquel que vive en el tiempo.
Lingüístico: es por la lengua como se
manifiesta la experiencia humana del tiempo., es decir que está ligado al
ejercicio de la palabra.. Es irreductible al tiempo crónico y al físico. El
presente es el eje axial , el eje de referencia, de la instancia de la palabra,
se reinventa cada vez que el sujeto habla porque es un momento nuevo, no vivido
aún. A partir del presente podemos movernos hacia el pasado o hacia el futuro.
El presente es factor de intersubjetividad: funciona tanto para el yo como para
el tú, es omnipersonal. Con este apunte terminamos una
aproximación teórica al tema de Enunciación tal como la enfoca E. Benveniste en
sus artículos teóricos.